Nunca había ido a un stand up comedy y la neta estuvo bueno, algunos muy cagados y otros verdaderamente malos, pero lo que tienen en común es que hay que tener los huevos suficientes para pararse en el escenario y hablar.
Esta experiencia me hizo recordar a Bill Hicks y su comedia reflexiva, algo que me parece fascinante. Para mi, esta clase de comedia genera una energía positiva por lo que nuestra vibración cambia. Con ella podemos entender de otra manera las cosas y razonarlas desde un punto de vista que se acerca más al amor, por lo que percibimos más fácil el magnífico mensaje. Chequen el video y se darán cuenta de lo que hablo.