De esas veces que tienes una temporada que destantea tu vida, lo que sientes, lo que eres, lo que pensaste que era lo mejor. De esas etapas en las que crees que tu vida se va al carajo, pero !madres! También vives otras cosas que comienzan a acomodar tu vida, haces otras que llenan el corazón, todo esto te ayuda a ver de nuevo el camino con el corazón, no con la cabeza. Y así es cuando la vibra comienza de cero a reacomodarse, una prueba, las cosas sincrónicas que suceden día con día. ¿Les ha pasado?
El texto que me encontré en un libro que había dejado hace mucho, y ahora, con él he encontrado varios significados de mi vida. Se los pongo porque igual no ven bien la foto:
“Solamente después, quizá pueda dedicarme a saber quién soy en ciencia cierta y encontrarte en la misma búsqueda.
Solamente después, quizá, sepa cómo poder ayudarte, ofrecerte o entregarte lo que tengo para dar.
Solamente después, quizá, yo aprenda a recibir lo que tú tienes para mi, sin que yo lo espere, lo exija ni intente conseguirlo, sólo por tu deseo y el mío de compartir lo que tenemos.
No se puede empezar a recorrer el camino de la felicidad hasta que no sean mis pies los que marquen mi huella, hasta que no sea mi corazón el que decida el rumbo, hasta que no sea yo quien corra los riesgos de mis decisiones, hasta que yo no sepa quién soy y quién no soy”.
Jorge Bucay.
¡Yeeeeiii! Un mensaje mi yo, para el otro yo.