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August, 2008

  1. Mejor afuera que adentro

    August 28, 2008 by fito

    Alguien me ha preguntado: ¿Qué es un pedo? Sin miedo yo le contesté, que el pedo, pues es un pedo, un aire sutil y ligero, que sale ardiendo de un agujero.
    Es un suspiro, es un lamento, es una peste que se lleva el viento.
    El pedo es como un alma en pena, que a veces sopla y a veces truena. Que raspa voces, que limpia penas y los calzones a veces quema.
    Es como el agua que se desliza con mucha fuerza y con mucha prisa; El pedo… el pedo es como una nube que va volando y, donde pasa, va fumigando.
    El pedo es vida, el pedo es muerte, el pedo es algo que nos divierte.
    El pedo gime, el pedo llora y hay ocasiones en que se atora.
    El pedo es ruido y a veces sale por un descuido, el pedo es fuerte, es imponente, es un hecho que se lo tira toda la gente.
    En este mundo el pedo es vida, hasta Thalia bien se los tira.
    Los pedos son educados, pues se los tiran hasta los licenciados.
    Hay pedos cultos e ignorantes, los hay adultos, también infantes.
    Hay pedos gordos, hay pedos flacos, siempre según el diámetro de los tacos. Hay pedos tristes, los hay risueños, según el gusto que tenga el dueño.
    Si un día un pedo toca tu puerta, no se la cierres, déjala abierta, deja que sople, deja que gire, a ver si hay alguien que los respire.
    Deja vivir a ese perfume, siempre habrá quien se lo fume.
    Este poema ha terminado…
    ¿Cuantos peditos te has aventado?


  2. Hay dolor como dueles

    August 15, 2008 by fito

    Por muchos medios, la vida siempre nos enseña a tomar el camino correcto. Hay quien entiende por donde debe continuar sin tener que sufrir, pero también existe quien aprende por los duros golpes que recibe. Hablo de la clásica situación de cuando alguien toma y al siguiente día anda diciendo que no lo vuelve a hacer o cuando nos dicen que no comamos más cosas que hacen daño y ahí estamos, comiendo hasta reventar y quejándonos de endemoniadas agruras, en vez de limitarnos a saborear lo necesario y no excederse. Es muy común que aprendamos con los errores, en vez de prevenirlos.
    Generalmente darse cuenta de que cosas son las que afectan nuestro cuerpo nos cuesta mucho trabajo. Preferimos continuar con los excesos y malos hábitos a los que estamos acostumbrados.  Hasta para el amor nos dejamos, si alguien nos trata mal, ahí estamos tras esa persona noche y día. Si no funciona, seguimos haciendo el intento, aún cuando ya estamos hasta el gorro.
    Esto lo digo por que acabo de pasar por una situación en la que por mis excesos y falta de buenos hábitos tuve que soportar un dolor como nunca había sentido.
    Después de una buena noche de parranda que disfruté hasta el amanecer obviamente continuó la cruda durante todo el Domingo. ¡Total! Me sentía mal por excederme en los tragos, pero cual fue mi sorpresa, dieron más o menos las seis y media de la tarde cuando estaba en el cine viendo Hancock, que por cierto no terminé de ver, como media hora antes de terminar la película comencé a sentirme extraño y decidí salir al baño, ahí empezó el calvario.
    Terminé y me dirigí de nuevo a la sala, quise entrar pero un dolor extraño volvió darme, ahí pensé en regresar al baño. Volví y fue entonces cuando el dolor ¡se puso más cabrón! Entré al baño d e nuevo y me esperé un rato, salí de ahí y ya estaba mi novia afuera, ya había acabado la película. Le dije que me sentía muy mal, que necesitaba irme a casa lo más pronto posible, cuando llegué y les comenté a mis padres ¡no me creyeron! Obvio, pensaban que estaba bien crudo y como había llegado  amaneciendo pues me dijeron: pues hay tu, fue tú culpa para que te enfiestas. Carajo, no supe ni que decir, pero cuando mi mamá vio mi gesto de dolor y que estaba casi cayéndome al piso se dio cuenta que era real y no era habitual mi cara.
    Después de subir a mi cuarto y recostarme el dolor se intensificó y ya cuando nos íbamos al hospital de urgencia, ni siquiera pude ararme de la cama, el dolor en mi riñón era muy intenso, comencé a ver marearme y ver como doble o triple. Estuve casi al punto del desmayo, de hecho sentí que no tenía razón e mi en varias ocasiones.
    Por fin llegué al hospital y tuve que ser bajado del auto en silla de ruedas, el pinche dolor no cedía, iba en aumento y como no me podían dar nada para el dolor por que tenían que hacer unos estudios primero para saber que me sucedía, estuve una hora acostado con mi mamá apretándome la mano, por que chale ¡que dolor tan impresionante estaba sintiendo!
    Después de hacerme ultrasonido y los estudios pertinentes me canalizaron una solución para el dolor y fue cuando por fin pude descansar, pensé que podía ser de entrada y salida pero el doctor me dijo “ni te creas, te quedas internado hasta el Martes”.
    Y así es como me di cuenta que después de mil un mal pasadas, excesos y demás llegué a un punto en que mi cuerpo dijo, a ver, espera, cuídate por que no mames, ya estuvo bueno. Qué lástima que haya tenido que aprender esto mediante un duro golpe y no por medios propios controlarme
    Así que cuando lean esto piensen en lo que les pueda suceder en el futro con su cuerpo, cuídenlo y respétenlo, por que cuando avisa que algo falla en serio avisa, son dolores inimaginables, por que la neta ¡Ay dolor como dueles!